Los graves hechos acontecidos esta última semana en la Liga Catamarqueña fueron el “cierre” lamentable de un año en el cual la violencia ganó la parada en las canchas del Valle Central.
Costará encontrar otro año con tantos hechos y actos de violencia en el fútbol. La cantidad de este tipo de sucesos deberían hacer replantear a las ligas Chacarera y Catamarqueña sus estrategias para combatir la violencia. Es indispensable que cuanto antes se pongan a trabajar en campañas, capacitaciones y estrategias para que este flagelo no sea una constante en 2023.
Sin dudas hay dos hechos puntuales que se diferencian del resto: el primero de ellos son las agresiones que el cuerpo técnico y jugadores de Vélez realizaron contra la terna arbitral encabezada por Jerónimo Toledo y las fuerzas policiales, en la final disputada contra Defensores del Norte el pasado martes 29 de noviembre en el Estadio Malvinas Argentinas. La gravedad de los hechos ha puesto a trabajar rápidamente al Tribunal de Disciplina de la Liga Catamarqueña que tendría listo para la próxima semana su dictamen. Según pudo conocer mvdeportes.com, se esperan sanciones muy fuertes.
El otro hecho de extrema violencia que se vivió este año en la Liga Catamarqueña fue el que protagonizó el entrenador Hugo “Landuchi” Navarro, por aquel entonces DT de Villa Cubas, quien escupió al árbitro Jerónimo Toledo y tras la intervención de la policía, se empujó con los uniformados y posteriormente los jugadores de Villa Cubas atacaron salvajemente a dos agentes. Por este hecho “Landuchi” Navarro fue suspendido por 5 años de las canchas, mientras que los jugadores Franco Valatkevicnis y Neri Sigampa recibieron 1 año de suspensión.
En la Liga Chacarera también se registraron hechos violentos en el Torneo Anual. Quizás el de más relevancia -también por la sanción- fue lo ocurrido en el clásico entre Defensores de Esquiú e Independiente de San Antonio, cuando apenas se jugaban 5 minutos y desde la parcialidad del “Sagrado” cayeron bombas estruendo que afectaron al arquero y jugadores del “Rojo” y conllevó la suspensión del encuentro. Tras este incidente, se dio por perdido el partido a Defensores y le quitaron 9 puntos, dejándolo casi al borde del descenso.
La hinchada de Defensores de Esquiú también volvió a ser protagonista de una agresión que casi le cuesta un ojo al árbitro Diego Monasterio. Finalizado el partido frente a Los Sureños, los hinchas arrojaron elementos contundentes que impactaron en el pómulo derecho del árbitro Diego Monasterio. Si el proyectil impactaba unos centímetros más arriba, Monasterio podría hasta haber perdido un ojo. Por este hecho, el “Sagrado” no sumó puntos durante 7 días.
La final del Clausura chacarero entre Coronel Daza y La Merced también dejó otro hecho violento, con un tinte de increíble y hasta bizarro. Un propio colaborador del entrenador Marcelo Arias le aplicó un golpe de puño a Héctor Acosta, jugador de Bandeño, de manera increíble y ante el asombro de todos. El hecho no pasó a mayores porque Acosta no reaccionó, pero fue un cross que mandó, literalmente, al piso al Turco.
A principio de año, en el Torneo Provincial la violencia se hizo presente en el cruce de semifinales entre San Martín vs. Jorge Newbery cuando desde la hinchada del Santo chacarero arrojaron un proyectil que impactó en el futbolista Wilson Heredia, quien debió ser asistido en el campo de juego y luego trasladado a un centro de salud. Por esta situación, San Martín fue eliminado del certamen.
El Torneo Regional también tuvo sus episodios de violencia, puntualmente en los dos superclásicos entre San Lorenzo y Villa Cubas. En el clásico de la 2da fecha del certamen los incidentes estuvieron en la tribuna de Villa Cubas tras el empate 3 a 3 con enfrentamientos entre hinchas del León y efectivos de la policía. Mientras que, en el clásico por la 5ta fecha, si bien no llegaron a agresiones físicas concretas, el jugador Esteban Valatkevicnis intentó agredir al árbitro del partido Maximiliano Silcán Jerez y debió intervenir la policía para que no pase a mayores.
El círculo de violencia tuvo su último capítulo el pasado miércoles 30 de noviembre, en el estadio Malvinas Argentinas, donde tras el segundo gol de Policial, que puso el 2-2 frente a Villa Cubas, la hinchada del León arrojó proyectiles de todo tipo contra los jugadores de Poli y uno de ellos terminó impactando en la frente del jugador Roberto Saquilán que recibió 4 puntos de sutura. El encuentro debió ser suspendido cuando iban 38m del complemento y la resolución del juego quedará en manos del Tribunal de Disciplina de la Liga Catamarqueña.
También se puede mencionar los incidentes entre las hinchadas de Villa Cubas y Tesorieri en el torneo local con pedradas y corridas; la represión de efectivos policiales contra la hinchada de Policial en las primeras fechas del Anual capitalino, entre otros que se nos puede haber pasado en esta nota.
La consecución de estos hechos de violencia en el fútbol es un llamado y alerta para las autoridades liguistas, en primera instancia, para empezar a trabajar en soluciones. Probablemente la intervención de otros organismos como la Secretaría de Deportes y el Coprosede podrá servir en la planificación estrategias para combatir la violencia. Debe ser un trabajo integral.
Lo cierto y concreto es que en este 2022, la violencia ganó por goleada.
Cronología de los hechos violentos en el fútbol
Abril: semifinal de Torneo Provincial entre San Martín y Jorge Newbery de Pomán, la hinchada del Santo arrojó un proyectil sobre el jugador pomanisto Wilson Heredia.
Mayo: hinchas de Defensores de Esquiú arrojan bomba de estruendo que afectó al arquero y jugadores de Independiente de San Antonio.
Junio: el técnico Landuchi Navarro escupe al árbitro Jerónimo Toledo y ocasiona un enfrentamiento salvaje entre jugadores de Villa Cubas y la policía.
Julio: el árbitro Diego Monasterio recibe el impacto de un proyectil cerca de su ojo. Los responsables: “hinchas” de Defensores de Esquiú.
Octubre: incidentes en la popular de Villa Cubas entre los hinchas y policía tras la finalización del clásico entre el León y San Lorenzo por la 2da fecha del Regional.
Noviembre: agresiones a terna arbitral y efectivos de las fuerzas de seguridad por parte del cuerpo técnico y jugadores de Vélez Sarsfield.
Noviembre: hinchas de Villa Cubas arrojaron proyectiles que lastimaron al jugador de Policial Roberto Saquilán. El futbolista debió recibir 4 puntos de sutura en su frente.
En otros deportes
Si bien aquí focalizamos en los hechos ocurridos en el fútbol, el 2022 también dejó hechos de violencia y discriminación en otros deportes.
Es el caso del boxeo, donde el entrenador Julio Apaza fue suspendido por un año tras intentar agredir a los jurados Raúl Herrera y Ramón Agüero.
En el rugby, el partido entre Catamarca RC y Los Hurones debió ser suspendido por el referí argumentando “falta de garantías, para mí y mis colaboradores”, “demasiadas inconductas de los jugadores”, “invasión al campo de juego, con amenazas a los jugadores”, que del lado de Hurones definieron como “de muerte”, proferidas por una mujer que identificaban como simpatizante del “Mirasol”. Semanas atrás, ya en La Rioja, también se registró otro hecho con vandalismo en el auto de un árbitro que vio involucrado un jugador del plantel superior de Catamarca RC, Marcelo Santillán, que por dicho acto fue suspendido un año.
En el básquet, la viralización de un video donde se muestra al vicepresidente de Olimpia amenazar con un palo a una dirigente del club.
En el Hockey, padres y dirigentes de Catamarca rugby fueron suspendidos por “hechos tuvieron lugar el sábado 24 de septiembre cuando, personas del público, no autorizadas, ingresaron de forma violenta y propinado agresiones verbales, descalificantes, denigrantes y discriminatorias, contra árbitro, árbitra, juez de mesa, coordinadora de competencia, integrantes de la Comisión Directiva, cuerpo técnico y equipo de jugadoras menores de edad, desconociendo totalmente las reglas del juego y tratando de imponerse infundiendo temor, como es de público conocimiento luego de la difusión de un video donde se muestra lo antes expuesto”.
En consecuencia, la “Federación Catamarqueña de Hockey (FCH), a través de su Tribunal de Disciplina, en un fallo inédito, aplicó duras sanciones a padres de jugadoras de divisiones formativas -entre ellos un dirigente-, como responsables de actos de violencia durante una jornada oficial de ese deporte.
Se tratan de la Sra. Claudia Demarziani, con la sanción de 1 año de suspensión para asistir a cualquier evento que organice la FCH, y el Sr. Fernando Tula Garin, dirigente de CRC, quién recibió la sanción de 3 años de suspensión. A su vez, ambos quedaron inhabilitados por el lapso de 5 años para ejercer algún cargo representativo dentro de la FCH”.