En la previa del partido de vuelta ante Villa Cubas, el Santo sufrió una nueva baja con la confirmación de la salida del defensor Emilio Porro al club Ferrocarril Midland de Merlo, Buenos Aires.
La salida del futbolista se dio de una manera poco agradable y profesional: a un día de jugar la vuelta de 4tos de final ante el clásico rival de toda la vida.
Pero lo más sorprendente fue la forma en que Porro se va del club. Según pudo conocer mvdeportes.com el jugador fue “encontrado in fraganti” por un dirigente de San Lorenzo en un colectivo que ambos abordaron, lo que causó una enorme sorpresa y disgusto al dirigente. Es decir, ¡Emilio Porro se fue sin decir nada a nadie!
La partida de Porro es la tercera que tiene San Lorenzo de Alem en este campeonato. Hace apenas unos días se supo que Leonardo Felisia no regresaba al club, y allá por el mes de noviembre fue Gonzalo Gómez quien quedó afuera del plantel. En todos los casos el factor económico fue lo principal, ya sea por diferencias con el club o por mejores ofertas que les llegaron a los futbolistas.
Sin embargo, más allá del factor económico queda algo en claro: los jugadores que llegaron a San Lorenzo carecen de compromiso y profesionalidad, pues “usan al club” catamarqueño un par de meses hasta que comienzan otras competencias o le llegan mejores ofertas y se van como si nada. Lógicamente están en todo su derecho de decidir donde jugar, pero al menos un pequeño gesto o compromiso con el club que los bancó económica (y con sueldos onerosos) y deportivamente deberían tener.
Como conclusión una cosa queda en claro también para San Lorenzo como club y es que deberá buscar algunos mecanismos legales o institucionales con los cuales “blindar a los refuerzos” que llegan para que estas salidas inoportunas dejen de suceder. Pues, basta con recordar que la temporada pasada pasó exactamente lo mismo cuando Lucas Comachi dejó el club en la previa de la final contra Atenas de Río Cuarto.
